Al día siguiente me fui a confesar a otra parroquia (sábado) y le comenté (no tan detalladamente como lo escribí aquí) al cura lo que me pasaba, empezando por cosas que olvidé decir en mi última confesión y este detalle. El padre me dijo que volviera a ir a esta dirección espiritual, porque con el tipo de libros que el otro sacerdote me mandó me estaba pervirtiendo (no fueron las palabras exactas) y podía llegar a cometer una aberración y que apartara. El problema es que no sé si volver a confesarme con el sacerdote con el que lo hacía frecuentemente: mi preocupación central es que no sé con quién me voy a volver a confesar bien, y hasta qué punto será cierto eso de que el padre me quiera hacer daño.
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